Megadeth – Th1rt3en

No cabe duda que Megadeth es una de las bandas más influyentes en el metal, ayudó a definir un género que se propagó por todo los años 80 como una onda de choque imparable. El thrash encarnaba la fuerza cruda de una década pérdida en un puritanismo insulso, marcada por el desempleo, la incertidumbre, desgarrada por la crisis y la austeridad económica. El thrash fue el grito de desesperanza de una generación traicionada, asolada por un enemigo indefectible, el espectro de la guerra, del colapso mundial. El thrash está ligado a la alienación del individuo condenando a vagar por ciudades desoladas atestadas de habitantes que han perdido cualquier semblante de humanidad, a la corrupción y la pobreza que se difuminan como un plaga corroyendo los cimientos que sostienen a las sociedades occidentales, es la denuncia de la frivolidad de un mundo aislado en un cómoda burbuja de confort y bienestar negando todo aquello que se aparta de una norma impuesta bajo criterios arbitrarios que dictaminan las fronteras facticias entre lo normal y lo anormal. El thrash es la ira, la rabia y el dolor que alimenta cada nota en un frío destello de agresividad descontrolada. Megadeth nació de la rabia y la frustración de Dave Mustaine, de sus problemas con el alcohol y de la tensa relación con los otros miembros de la banda que se plasmaron en cuatro discos brutales. En los 90 el thrash ya había sido reemplazado por otros géneros y las bandas que lo forjaron habían abandonado el sonido crudo plegándose a un conformismo insano que por poco los destruye. Megadeth es una de esas bandas que renació de sus cenizas, como Metallica, Iron Maiden, Judas Priest, Immortal, Anthrax por citar solo algunos ejemplos. Para finales de los 90 la banda había perdido toda credibilidad al embarcarse en proyectos un poco arriesgados que desembocan en el Risk. Desde el magistral Countdown to Extinction, la banda entró en una fase de transición alejándose del sonido de sus orígenes, hacia algo un poco más accesible, más radiofónico, más aceptable para la industria musical. Cuando salió el Risk todos nos vimos sorprendidos, impactados y profundamente decepcionados; para muchos fue casi un insulto y la banda cayó lentamente en el olvido.

Cuando editaron The Systeme Has Failed, había más de una razón para mostrarse escéptico, Mustaine se recuperaba de una lesión en el brazo izquierdo, Ellefson se fue tirando la puerta iniciando una contienda legal y un nutrido intercambio de insultos, la banda parecía herida de muerte y Mustaine la resucitaba ante la consternación del mundo que asistía incrédulo a su renacimiento. Caí por casualidad en ese disco y fue una agradable sorpresa, reavivó plenamente mi interés por la banda, desde luego no podemos compararlo con obras maestras como el Rust in Peace o el Peace Sells pero tiene sus momentos de gran agresividad, el trabajo de las guitarras es muy bueno pero a Mustaine se lo siente limitado, no es el mejor disco de la banda pero tampoco es uno de los peores. Desde entonces el grupo ha sacado tres discos más, recuperando el sonido de sus primeros años aunque manteniendo los elementos que incorporaron en los años 90 equilibrando y reasumiendo su legado. Megadeth nuevamente está en la cúspide de su carrera, es una de las bandas más impactantes a nivel musical y una de las más creativas en la utilización de las guitarras, generando una renovada expectativa cada vez que sacan un disco. El United Abominations es un álbum que tiene sus notables reminiscencias con el Megadeth de antaño, hay un nutrido intercambio de solos y riffs más sólidos, las composiciones están mejor trabajadas pero el Endgame me dejó estupefacto, es de lejos el mejor disco que han sacado desde el Rust in Peace, es un clásico del metal y una de las joyas del grupo, nada mal para un banda que parecía moribunda. Con el Th1rt3en, la tendencia se confirma, es un gran disco con sonido más clásico, sin duda gracias a la reincorporación de Ellefson, los intercambios de solos son impecables, Broderick y Mustaine se complementa a la perfección, y la sección rítmica de Drover es simplemente bestial; hacía años que la banda no desplegaba tanta fuerza, tanto entusiasmo, tanto carisma con el riff demencial de Public Enenmy nº1, el ambiente sombrío de Th1rt3en, el poder intempestivo de New World Order o Black Swan, canciones que confirman la presencia de la banda en la industria. Megadeth es una experiencia musical grandiosa, altanera en sus composiciones, grandilocuente en el escenario, orgullosa ante sí misma…

No cabe duda, Megadeth sigue siendo una de las mejores bandas del metal hoy en día y siguen sacado discos magistrales con una renovada creatividad; Megadeth está reconquistando al mundo inspirando a su vez a una nueva generación de músicos y seduciendo a una nueva generación de fans. Th1rt3en, trece canciones que seguirán sonando en mi cabeza, trece discos que cambiaron el mundo, trece maneras de percibir el metal, trece maneras de reencarnar… larga vida al metal.

Sobre George

Politólogo, melómano, escritor...

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