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La influencia del post-rock ha llegado por un lado o por otro a gran parte de la escena actual, siendo uno de los vastos caminos por los cuales evolucionó el metal en la modernidad. Lo nuevo de los suecos Kongh tiene una manera bastante sutil de incorporar esta influencia en ciertos pasajes de su crudo y pesado doom/sludge.
En su mayoría las canciones del disco son largas. Las dos primeras (“Unholy Water“ y “Essence Asunder“) comienzan con estilo bluesero y desembocan en largos embates de distorsión. Con esa voz casi Black. Después viene como transición “Tänk pa Döden”: breve tema instrumental, drone/acústico o lo que quieras llamarlo. La melodía se presenta progresivamente, magnifica.
“Voice of the below”, empieza como una canción de Torche (inclusive la voz es más limpia) y desenvuelve en un trance Isisesco. La voz hace su aparición para redondear el clímax del disco. Finalmente está la canción “Shadows Of The Shapeless”, caótica y larga. Capa tras capa de distorsión que concluyen con un riff pesado y agresivo que te despierta y te deja ver que no sabes que pasó realmente aquí. Tal vez el título lo explica.
Los minutos de alta emotividad hacen de este álbum muy interesante, sin embargo no logran mantener el interés de manera sostenida. Es decir, no me veo bancándome este disco de principio a fin muchas veces más. Si tan sólo desarrollaran más esos momentos de lucidez (post-metaleros?) sin perder de vista su crudeza nórdica, se podría pronosticar que Kongh está cerca de encontrar algo realmente significativo.
